En un segundo tiempo aburrido, a los 63 minutos, Ariel Nahuelpan puso la primera para Barcelona. Los toreros se adelantaron, 1-0 frente a El Nacional. En los primeros 15 minutos Barcelona se mostró más ambicioso en el momento de atacar. Por la banda izquierda, Geovanny Nazareno generó peligro. Se juntó con Michael Arroyo y por ese lado del campo generaron problemas.

En un segundo tiempo aburrido, a los 63 minutos, Ariel Nahuelpan puso la primera para Barcelona. Los toreros se adelantaron, 1-0 frente a El Nacional.
En los primeros 15 minutos Barcelona se mostró más ambicioso en el momento de atacar. Por la banda izquierda, Geovanny Nazareno generó
peligro. Se juntó con Michael Arroyo y por ese lado del campo generaron problemas.En los primeros 15 minutos Barcelona se mostró más ambicioso en el momento de atacar. Por la banda izquierda, Geovanny Nazareno generó
Sin embargo, la línea de tres del fondo planteada por El Nacional logró manejar, con tranquilidad, las arremetidas del ídolo. El Nacional, en su medio campo, lució ordenado. La línea de volantes y defensa jugaron en tres cuartos de cancha, bien pegados, para evitar que los creativos toreros piensen rápido y profundicen con sus pases. Sin embargo, cuando Marvin Pita tomaba la pelota, intentaba hacer jugar a los delanteros.
La más clara estuvo en los pies de Arroyo. De larga distancia estuvo cerca de abrir el marcador, pero su remate salió desviado. A los 23 minutos, Ariel Nahuelpan tuvo la más clara para anotar. Su remate golpeó en el palo y luego, Damián Díaz, de cabeza, la mandó arriba. Esa, en el tiempo corrido, fue lo más emocionante del cotejo. José Ayoví se mostró movedizo, pero sus centros (si así lo podemos definir) fueron desviados. Luego Pedro Pablo Velasco desbordó por derecha y Nahuelpan no se barrió frente a la línea de gol.
Los amarillos se fueron adueñando del trámite del partido. Su banda derecha fue la más 'agresiva' al momento de atacar. Aunque El Nacional defendió con ocho jugadores, entre Díaz, Arroyo, Ayoví y Velasco, del Barcelona; pusieron en apuros a Bone. En 10 minutos, el ídolo llegó hasta seis veces entre jugadas y tiros de media distancia. Los toreros arremetieron, pero en la última jugada carecieron de ideas para terminar bien lo hecho.
Los amarillos no dejaron de atacar. A los 35 minutos Arroyo desbordó, centró y Nahuelpan, solo, mandó el balón arriba de cabeza. El partido se convirtió en un monólogo. El Nacional no logró crear una jugada de peligro. El Nachito, de jugada parada (tiro de esquina) casi pone la primera. Bone metió la cabeza, luego de Banguera salió a cazar mariposas, y casi pone la primera para los militares. Y en la contra, Ayoví, estrelló el balón en el horizontal y en zona de rebote no existió ningún jugador amarillo para poner la primera para Barcelona.
El primer tiempo se fue sin pena ni gloria. Barcelona intentó, pero no logró abrir el marcador. El Nacional, por su parte, se dedicó a defenderse y por ahí pescar un contragolpe; pero no inquietó. En los primeros minutos del segundo tiempo, Nacional empezó a adueñarse del balón. El medio campo manejó mejor el balón. El ídolo, igual que en el primer tiempo, llegó pero sin ser fino al final de la jugada.
Nacional neutralizó a los amarillos. Barcelona ya no fue creativo, careció de profundidad y sus pases, al final, fueron imprecisos. El Nacional apeló a defenderse. Bajo esa presión, tuvo que salir la opción de la media distancia y Nahuelpan, desde fuera del área, puso en aprietos al golero de El Nacional. ¡Casi sorprende a Bone!.
Luego, en una jugada dudosa, Ariel Nahuelpan cayó dentro del área y ¡penal!. El loco se adueñó del balón y lo metió dentro de las redes para el delirio de los locales. Siete minutos después, Oyola le cometió falta a Govea y penal para El Nacional. Samaniego, que entró en el segundo tiempo, tomó la responsabilidad. Banguera, en el arco, empezó a bailar de lado a lado y tapó la oportunidad del empate rojo. De ahí, el partido, en el segundo tiempo, fue aburrido...muuuuy aburrido. Los pelotazos fueron la constante y las ideas, en el medio campo, se acabaron.
Fuente: El Comercio
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