El Ídolo cae en Sangolquí con un autogol y dos expulsados tras una discutible actuación arbitral, además Barcelona no pudo sostener el dominio que tenía sobre el Independiente en el estadio Rumiñahui desde el 2010. El conjunto “negriazul” no lograba vencer a los “canarios” en su cancha desde hace tres años, cuando ascendió a la primera categoría del balompié nacional.
El Ídolo cae en Sangolquí con un autogol y dos expulsados tras una discutible actuación arbitral, además Barcelona no pudo sostener el dominio que tenía sobre el Independiente en el estadio Rumiñahui desde el 2010. El conjunto “negriazul” no lograba vencer a los “canarios” en su cancha desde hace tres años, cuando ascendió a la primera categoría del balompié nacional.
El Ídolo llegó a Sangolquí dispuesto a jugar un partido de fútbol tradicional, de 90 minutos, y le sobraron 45. Toda la historia de su duelo con el Independiente se resolvió en una primera parte desquiciada en la que le hicieron tres goles, uno dantesco de Campos en propia meta, y sufrió dos expulsiones. El encuentro, marcado por las polémicas decisiones del colegiado Samuel Haro, terminó 3-0.
El 2013 no es el año del Barcelona. Cada pequeña alegría viene seguida de una nueva desilusión. Ayer, no empezó mal el equipo de Luis Soler, aunque pecó de una cierta precipitación en su búsqueda del gol. Medina y Matías Oyola intentaron sorprender con un par de remates lejanos que no preocuparon al meta Azcona.
Pero el ímpetu le duró al Ídolo exactamente siete minutos, los que tardó Campos en marcar un autogol esperpéntico, a la altura casi del que hizo Perlaza hace un mes en Loja. Sornoza colgó al área un saque de falta sin peligro. Ante la atónita mirada de Banguera, que parecía tener la situación controlada, el central desvió el balón a la red con un toque tan sutil como absurdo. Un error incomprensible que puso a su equipo en desventaja.
Erazo pudo empatar inmediatamente con un cabezazo picado a la salida de un córner, pero ayer todo parecía aliado en contra del Ídolo. Y de Campos. En el minuto 15, Haro vio penalti en un ligero empujón del central. Sornoza engañó a Banguera y, casi sin quererlo, sin sumar méritos que justificaran semejante éxito, el Independiente se vio 2-0 arriba.
PARTIDO ROTO
El acto solo estaba empezando y quedaba mucho tiempo por delante para seguir alimentando el esperpento. Faltaba la escena central, que llegó a la media hora. Primero, Haro le sacó una rigurosa tarjeta roja a Roosevelt Oyola por una dura entrada en el centro del campo.
En medio de la ola de protestas que despertó su decisión, amagó con expulsar también a Michael Arroyo. Llegó a sacar la cartulina del bolsillo para volver a guardarla inmediatamente. Y, cuando parecía deshacerse el barullo, se fue a por el volante y, esta vez sí, lo mandó a la ducha.
Haro despertó la ira incluso de un exbarcelonista ilustre. Damián Díaz, hoy en el Al Wada de Abu Dabi, resumió el sentir torero desahogándose en Twitter. "¿Cómo pueden ser tan malos los árbitros de Ecuador? Dan pena. Quieren salir en televisión cuando juega Barcelona. ¡Dan asco todos!", escribió.
La tragicomedia amarilla se terminó de escribir nada más echar a rodar otra vez el balón. El equipo de Repetto montó una de sus contras letales por la derecha y Daniel Angulo, totalmente solo en el área, embocó el centro al fondo de la red.
Un 3-0 en contra en la altura y con nueve jugadores parecía demasiado. Ni siquiera se allanó la gesta con una nueva expulsión dudosa, esta vez del local Pineida por cortar una contra del barcelonista Medina interponiéndose con dureza en su camino.
El Ídolo pudo dar las gracias por marcharse con solo tres goles en contra tras una segunda parte en la que su rival perdonó, y que vio coronado el drama con la peor escena posible: un enfrentamiento entre la policía y decenas de hinchas amarillos que intentaban acceder al estadio. Los choques se saldaron con dos agentes heridos y 10 personas detenidas.
Expreso